Buenos Aires es una ciudad grande, mitad latinoamericana y mitad europea, una combinación que la convierte en un destino interesante que no se puede dejar de visitar y las razones son múltiples.

Esta ciudad tuvo su apogeo a partir de 1920 en adelante, cuando Argentina se fue perfilando como una de las economías mas fuertes y pujantes del mundo, gracias al desarrollo de actividades principalmente agropecuarias y que fue llamada en su momento el granero del mundo.

A partir de la segunda guerra mundial Argentina, y principalmente Buenos Aires, llegaron a ser lugares en los que las elites europeas y criollas pudieron aprovechar su poder económico para crear una ciudad tan especial como Buenos Aires.

Fue creada, transformada y sustentada con el dinero que ingresaba de la venta de carnes y granos al mundo entero, mientras en Europa el hambre reinaba, en argentina fue todo lo contrario. Ese dinero contribuyó a la creación de una ciudad cosmopolita habitada por europeos que llegaban a Buenos Aires a cumplir sus sueños económicos, desde una Europa en ruinas que tenia la cultura, pero no el dinero para desarrollarse.

Por eso es que Buenos Aires es tan especial, solo caminar cualquiera de sus calles te demuestra que fue creada con estilo y planificación, con un sentido estético exquisito y pensada y diseñada para ser una ciudad de ensueño por su belleza.

El patrimonio cultural y arquitectónico de Buenos Aires es lo que la convierte en esta ciudad de ensueño. Existe en los porteños un orgullo por su ciudad y unas ganas enormes de mostrarla a los visitantes, por eso es que cualquier persona en las calles de Buenos Aires podrá informarte sobre su ciudad y lo hará con pasión y amor propio.

Esta ciudad noble y orgullosa mantiene, a pesar de las crisis económicas y sociales que se viven y vivieron en Argentina en los últimos 40 años, un esplendor y una dignidad que no encuentras en ninguna otra ciudad latinoamericana.